Creo que las dos. Y mezcladas, aún más inquietante. No me gusta ser agorero, ni negativo. Siempre he tratado de ver el lado positivo de las cosas. Pero de un tiempo a esta parte, los acontecimientos y las actitudes de cierta gente, nos están llevando al camino de la desconfianza.
Virus y genética se unen para intentar llevar a España a una situación preocupante, en casi todos los sentidos. Unos, los veteranos, por su falta de equilibrio, anteponiendo- algunos- su estética y ambición personal, a lo que realmente importa que es España, con todo lo que podamos imaginar. Otros, se aferran, sin faltarles razón, a lo que los españoles decidieron por mayoría minoritaria si se quiere, para poder hacer frente a nuestros problemas y quebraderos de cabeza, que no son pocos. Unos y otros, con la lógica preocupación por la corrupción sonándoles los oídos.
Luego están los otros, los nuevos, los que creen que “todo el monte es orégano”, y que sólo ellos, y sus “virtudes” extremistas exportadas allende los mares, podrán salvarnos de la hecatombe. Menos mal, que han empezado pronto a mostrar su verdadero rostro, su forma de pensar y actuar. Qué cosas tan difíciles y extrañas llevan en sus mochilas. Y qué batacazos se están dando continuamente, cuando lo que deberían hacer es integrarse en defensa de los intereses de todos los ciudadanos de ésta vieja y entrañable piel de toro que quieren disecar a su modo y manera. Y no sólo de aquéllos que les cantan nanas para incrementar su ego equivocado.
Siempre se ha dicho que le veteranía es un grado. También es cierto, que esa veteranía debe valer, no para servirse, sino para servir a los demás. Y ese es uno de los graves errores que están cometiendo PSOE y PP, incluso ahora lo busca IU. En los dos grandes partidos, sigue habiendo gente con dos palmos de frente, que están nerviosos ante la actitud del señor Sánchez, que con su rollo habitual y obsesión enfermiza, busca un gobierno de “progreso” expulsando a Rajoy y al PP cuanto antes. No dice (no hace falta) pero se le ve el plumero mucho. “Los de la Gaviota a la calle, pero yo dentro, de jefe, sin medir las consecuencias negativas que está teniendo su ofuscación maníaca.
Hay mucha gente sensata dentro de la gran familia socialista. Saben que esa actitud prepotente e irracional a veces, a la larga puede volverse en su contra. El líder no quiere nuevas elecciones, especialmente porque las cosas podrían complicársele dentro y fuera de su partido.
Muchos españoles, con voto socialista asegurado, preferirían un gobierno sólido, de coalición, si hace falta, para evitar que sigan prosperando los radicalismos y las tonterías que estamos sufriendo, nada positivas, y que propician enfrentamientos ya olvidados. Me extraña que la pléyade de varones y veteranos no le hayan ya cantado ya la gallina a su secretario general. Algunos sí, pero los menosprecian. Ahora besan por donde pisa Comprimís, por si su “invento” da resultado y el señor Sánchez puede ¡al fín¡ lograr su ambición de ser presidente del Gobierno. Ya veremos, dijo un ciego.
En el lado del PP, siguen erre que erre, creyendo que es Mariano Rajoy la persona que debe presidir el nuevo Gobierno. Otros muchos, no están tan convencidos de eso. Esta semana se podría despejar la incógnita. Quizá unos y
otros, tendrían que hacer juntos un retiro “espiritual” para meditar en serio qué es lo que más le conviene a los españoles, anteponiendo intereses partidistas. Saben que tendrían que dejar muchas cosas en el camino. Mientras se lo piensan, el señor Montoro sigue atizando con sus “recetas fiscales”. Le da igual a quien le toque. Es lo suyo. Los jóvenes del PP tienen toda la razón cuando piden firmeza con la corrupción y los cambios necesarios.
En IU bastante tienen con que alguno de sus dirigentes hayan devaluado sus siglas. Más lo estarán, con el temor de que desaparezcan, si al final deciden su particular juego de oca con Podemos.
En cuanto a Ciudadanos, es posible que su entrada ilusionante, se haya rebajado a mínimos, incluido un alto porcentaje de confianza inicial. Lo penúltimo, pidiendo un presidente independiente. Permítame el señor Rivera, que para éste, su caso, utilice unas frases de Don Quijote a Sancho (cap. XLII,2ª parte) “Nunca te guíes por la ley del encaje, que suele tener mucha cabida con los ignorantes que presumen de agudos”.
De los demás, ya estamos viendo hasta dónde llegan, sin generalizar, desde luego, porque en todas partes hay gente sensata.
Ahí tenemos al gran líder podemita, con sus insultos y amenazas a periodistas, ante una clá de igual calibre y amancebada tanto tiempo. Y si nó, echemos un vistazo a la ocurrencia gilip….de la CUP de Tarrasa pidiendo educar a las jóvenes a utilizar métodos alternativos para la menstruación, sustituyendo compresas y tampones por gasas de tela o esponjas de mar, además de apoyar la presencia de un terrorista como Otegi en el Parlamento Europe. ¡Qué vergüenza¡
La señora Colau, alcaldesa de Barcelona, sigue en su línea, dando caña y multando a los comercios que no usan el catalán. Aunque eso ya se inventó en la época de Arturo de Cataluña. O la payasada de prohibir pantallas en Barcelona para seguir, especialmente, los partidos de la Selección Española. Seguramente le preocupa que cuando España gane (eso esperamos) la Ciudad Condal se llene de banderas españolas como ya ocurrió en 2010 tras el histórico gol de Iniesta. Coincidió que me encontraba allí, y es cierto que Barcelona, y sus pueblos, no verán ondear más banderas de España que aquél día. De ahí unas declaraciones del entonces consejero de Interior, manifestando estar asustado por ello.
La ocurrencia y estupidez supina de Kichi, alcalde de Cádiz, y no otra cosa, recibiendo al mandatario prepotente de Gibraltar.
Al final, tendremos que pedir a Don Quijote que cabalgue por España y ponga cordura a esos “caballeros andantes de la triste figura”, imitadores baratos de la justicia y la razón, donde sólo hay estupidez por culpa de esa mezcla ideológica nociva entre virus y genética. Que cada cual piense como quiera, sí, pero con la cabeza fría y sobre los hombros, y el sentido común.
MANUEL SÁEZ – Ex director RNE Albacete