Polos opuestos
En todo el Mundo, millones de personas nos estamos preguntando como serán las cosas de aquí en adelante. En España, en los hogares y en todas las conversaciones reaparecen las mismas dudas y cuestiones sobre qué esperar en los próximos meses y años. Mientras permanecemos bajo medidas de confinamiento y distanciamiento social, mientras el virus continua diseminándose, aunque con menor intensidad, expertos y autoridades han comenzado a debatir cómo será el regreso a nuestra actividad, y en varios países se han tomado ya las primeras medidas en ese dirección.
En un artículo escrito el 22 de Abril que Rafael Bengoa (hemos tenido la suerte de asistir a tres de sus conferencias en Albacete, donde se desarrollaba estrategias para mejorar el sistema de salud) codirector de SIHealth. Bilbao y exdirector de Sistemas de Salud OMS, ha reconocido Sistema Nacional de Salud en España (SMS) superando el mayor reto de su existencia. Ha resaltado, quedando patente que la sanidad en un país es una inversión, no un gasto. Y algo muy importante, recomendando, fortalecer nuestro modelo de bienestar social. “La integración de la sanidad y los servicios sociales o cuando menos una estricta coordinación será un elemento clave en el modelo de bienestar futuro. El pacto político deberá ser un pacto socio sanitario ya que los servicios de salud y servicios sociales son vasos comunicantes. Prueba de esa interrelación ha sido asistir en directo por la televisión al trasvase de personas vulnerables desde residencia de mayores hasta el sistema de salud durante esta epidemia. Eso dos sectores no deben seguir siendo planificados separadamente. Cuando lo hacemos, perdemos de vista a los más vulnerables”
De igual manera Rafael Bengoa ha apreciado en esta crisis la importancia de la salud pública, la epidemiologia, los sistemas de ALERTA y el trabajo en la comunidad. También, la enfermería en atención primaria y hospitalaria ha mostrado su enorme potencial en esta tragedia. Es muy conveniente fortalecer sus funciones de forma que puedan expresar esas capacidades en el día después de la epidemia.
Después de la lectura de estos dos últimos párrafos pasaremos a un país de la Unión Europea, Países Bajos (Holanda). En cualquier caso no olvidaremos: La integración de la sanidad y los servicios sociales o por lo menos una estricta coordinación será clave en el modelo de Bienestar de futuro. Hemos de pasar de modelo asistencial pasivo a un proactivo y preventivo.
El primer ministro, el liberal Mark Rutte, pretende: Menos Estado de bienestar en la UE. El cuidado de ancianos y dependientes pasa a ser una obligación familiar.
Después de casi de medio siglo de funcionamiento intensivo, el Estado de bienestar cambia de nombre en Holanda y pasa a llamarse “sociedad participativa”. El paso entraña recortes presupuestarios y grandes cambios para la ciudadanía. Desde el pasado 1 de enero de 2015, la ayuda a los ancianos y las personas dependientes, incluidos niños discapacitados, se convierte en una “obligación moral” para familias, amigos y vecinos. El incumplimiento de este nuevo deber no está penalizado, al menos por el momento.
Solo cuando la situación sea insostenible, las personas que no se valen por sí misma podrán acceder a un centro subvencionado. La recién estrenada Ley de Cuidados de Larga Duración establece que los Ayuntamientos serán los encargados de proporcionar la atención, para lo que recibirán financiación estatal
El primer discurso de la Corona (Redactado por el Presidente del Gobierno Sr. Mark Rutte) leído por el nuevo rey holandés, Guillermo Alejandro, introdujo en septiembre de 2013 la idea de sociedad participativa en forma de advertencia, y también de reto. Por un lado, mostraba lo insostenible de mantener, con la crisis, un sistema de cuidado que en 2010 costó 23.500 millones de €uros al erario público – con ese presupuesto se atendió 250.000 dependientes en instituciones públicas y a otras 350.000 con ayuda pagada a domicilio – Dado el envejecimiento creciente en éste país de 16,7 millones de habitantes, el desafio consiste en convencer a los ciudadanos de que deben apoyarse y ser responsables de quienes les rodean. La pregunta es si lo harán espontáneamente. Porque a partir de ahora el derecho histórico a recibir atención pública solo se podrá ejercer cuando la persona no puede valerse por sí misma y carezca de una red de apoyo informal. Con este cambio, el Estado pretende ahorrar 2.300 millones de €uros al año.
Menos Estado de bienestar en la Unión Europea
· La crisis económica, en unos casos, y las políticas de corte liberal, en otros, han supuesto recortes en el Estado de bienestar de distintos países de la UE.
· En España, la financiación de Ley de Dependencia sufrió un tajo muy notable con el Gobierno PP. Los beneficiarios ascendían a 723.000, pero habían decenas de miles en lista de espera. El Gobierno dejó de cotizar a la Seguridad Social por los cuidadores familiares
· En Suecia, el recorte de gasto y privatización de la atención a mayores fue uno de los factores que en 2014, le costó las elecciones al Ejecutivo de centro derecha.
· El Gobierno francés prevé reducir en 21.000 millones el gasto público, sobre todo en protección social.
Llegado a este punto, Astiz, una empresa dedicada a proporcionar ayuda a ancianos y dependientes de cualquier edad, y con unos dos millones de clientes, teme que puedan perderse cerca de 55.000 empleos con la reforma. En conjunto, trabajan en el sector 1,1 millones de personas, y los sindicatos generalistas prevén la pérdida de hasta 100.000 empleos.
Los primeros cambios empezaron a notarse a finales del año 2014, antes de la entrada en vigor de la Ley de Cuidados. Los ancianos “que conservan su vitalidad y pueden valerse” – según definición de la norma – han ido abandonando las residencias, donde eran atendidos en gran medida a costa del erario público. Tras una evaluación de sus necesidades, su nuevo domicilio es una casa de renta baja. Antes, ellos pagaban la residencia en función de sus pensiones y el Estado ponía el resto. Ahora se espera que les ayuden, gratuitamente, sus parientes, conocidos o vecinos. También pueden acudir en su auxilio voluntarios que recibirán un pago simbólico por hacerles la compra, limpiar, cocinar, bañarles o recordarles que deben tomar su medicación.
Una enfermara de La Haya comentaba: “Nuestro centro cuida pacientes de Alzheimer y contaba también con un hogar de ancianos, que ha desaparecido. Hay gente de 80 y 90 años que ha tenido que marcharse a un piso a depender de su familia. No sé. Hay familias entregadas, claro. Pero la sociedad está acostumbrada a abonar impuestos para resolver la atención a los mayores. Piensen que los parientes no siempre viven cerca”
Ben Paulides, concejal del partido Demócratas Liberales, de Wassenaar, municipio contiguo a La Haya tiene unas reflexiones. “Parece que el desmantelamiento del Estado de Bienestar pretende crear una especie de ciudadanía afectiva donde los voluntarios son vistos como héroes. Entre los riesgos que apunta aparece una sobrecarga de trabajo para las mujeres” Pregunta. “Habrá menos presupuesto municipal para pagar a las organizaciones de asistencia. Si ofrecen servicios a bajo precio. ¿Estarán cualificados quienes atienden a los ancianos?”.
Parece que el presidente de Gobierno de Holanda, pretende ahorrar dinero. Pues aquí lo tienes: “Solo los necios confunden valor y precio”. ¿Cómo le va los “paraísos fiscales”?, ya hablaremos. Entiendo se ha deshumanizado el trato, con la atención de los mayores.
Lo pretendido por el primer ministro holandés Mark Rutte, no calló demasiado bien en Países Bajos. Además a principios del año 2021, tienen elecciones generales. El entró como primer ministro en 2010. Ojalá y se produzca el relevo. Es una antítesis que choca con la realidad del Gobierno de España: La integración de la sanidad y los servicios sociales. El pacto político deberá ser un pacto socio-sanitario ya que los servicios de salud y servicios sociales son vasos comunicantes. Queda muy claro que la sanidad en un país es una inversión, no un gasto.
Estamos en desconfinamiento progresivo, siguiendo con nosotros el coronavirus. Urge reforzar rápidamente la red local sanitaria, Alerta en detectar los brotes Rápido y controlarlos localmente; a partir de ahora será clave.
Mirando al futuro fortalecemos nuestro modelo de Bienestar Social.