Las batallas del hormiguero en 2018, reflexiones para una sociedad menos social

Llega el momento de reflexionar, mirar atrás y descansar por unos días, en un tiempo de fraternidad, de familia, de paz según reza en la canción. Podría incluir muchas opiniones al respecto, pero como digo sólo me quedaré con lo que a mi entender juzgo más sobresaliente de este 2018 que se esfuma ante nosotros.

Desgraciadamente somos menos sociales que antes, y este es el principal problema del hormiguero en que vivimos, y parte del secreto para que funcione.

Nos empeñamos en utilizar el enfrentamiento, trabajar las diferencias, sacar provecho del otro, sin argumento que exista en el proceso más allá de invitar a un dialogo imposible. En pleno siglo XXI nuestra sociedad es muy imperfecta y vuela hacia la radicalización de argumentos en todos los ámbitos. Ni siquiera mi maestro afanado en respetar todas las posturas para facilitar la negociación quiere ver ya las noticias, pues la crispación invade cada informativo.

En 2018 ha sido violencia ver a personas perder la vida frente a una frontera, o en el Mediterráneo, mientras sabemos que Europa agoniza, envejece, quebrando su Estado del Bienestar por falta de mano de obra joven que lo garantice en el medio plazo, es violencia ver como un gobernante investido por una ley rearma a la sociedad contra la mitad de sus gobernados y esa misma ley llenando de símbolos las calles y reclamando el odio social como mesa de debate, es violencia observar que los jueces sintonizan con sentencias con un machismo condescendiente con manadas de individuos que se organizan contra su presa femenina, si es violencia, maldita palabra: violencia.

Así las cosas la arena política se sigue fraccionando y radicalizando, cualquier reforma parece un arreglo, el ejemplo de lo que se predica no acompaña, la mayorías ya no forman gobierno, las minorías los arrebatan, los privilegios continúan como norma, incluso en alguna universidad, la sostenibilidad no se enseña sino que se impone con impuestos o pagando cinco céntimos, el consumismo se promociona como forma de crecimiento … y los valores se olvidan en nuevos ceniceros, necesarios quizá por el aumento de fumadores.

Entre tantos entuertos y gigantes algunos destellos como los del gran caballero manchego, nuestros cuarenta años de convivencia a través de la Constitución, éxitos de la cultura y el deporte, triunfos del asociacionismo en la igualdad de derechos, en el incentivo a la investigación, o en el trabajo por la igualdad de género.

Deseo a todos mis lectores unas felices fiestas que espero no nos vuelvan a aguar el odio y enfrentamiento social del 21D. Y os dejo con una frase de Quevedo, ya ha llovido, pero los clásicos siempre tienen razones de peso, para mirar al futuro 2019 con una sonrisa y ganas de trabajar por la sociedad: «El que pasa tiempo arrepintiéndose del pasado pierde el presente y arriesga el futuro».

Felices Fiestas desde mi blog: “El Secreto del Hormiguero”.

#LaHormiga

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