No busquemos más indicadores sobre la dureza o no de ómicron. No busquemos casos de gripe, han desaparecido, miremos los datos de hospitalización, UCIS, en bajada y los de fallecimientos estancados con leve caída, pero sobre todo veamos las tensiones geopolíticas que han vuelto a primera línea a cuenta de un enfrentamiento enconado por más de siete años en Ucrania, donde se miran cara a cara los dos viejos enemigos que reedita una nueva guerra fría.
Pero entre líneas siempre la economía y el poder de «los hormigueros», las materias primas, en este caso, la vuelta al gas y gaseoductos controlados por Rusia, el petróleo que sigue encareciéndose y el frío que siempre asola las escenas bélicas rusas. Si llega la primavera antes del ataque ruso no se producirá el enfrentamiento, la diplomacia aún tiene algo más de un par de semanas para ser efectiva.
El eje franco-germano históricamente es vital, y hoy incluso vence al lado francés por dos razones: el gas ruso que provoca una mayor dependencia germana y la salida de Merkel que acerca el entendimiento a Macron. Sánchez nada o poco tiene que decir, pues España está fuera del juego de poder en Europa al menos desde el siglo XIX y en la OTAN es aún un miembro que lucha por sus plenos derechos, por ejemplo que tenga el apoyo ante un eventual ataque a sus territorios en África. Pero el seguidismo necesario hacia sus aliados nos compromete en el problema del comercio internacional y la inflación. Si Rusia y USA renuncian a sus pretensiones ucranianas tendremos un 2022 que superará el crecimiento del 5% del pasado año.
Volviendo a Ómicron, nos situamos ya en una semana larga de meseta en bajada, dónde ninguna de las medidas de contención relacionadas con aforos, mascarillas, son ya eficientes al contar con contagiosidad sobre el 5% real en catorce días que llevará el Covid a más de 15 millones de españoles en poco más de dos meses, incluyendo a los asintomáticos, que tienen la enfermedad pero no lo saben.
Adelantando los números de la endemia, será en dos semanas que veamos el fin de ómicron en clara bajada, y en unos pocos días más, antes de acabar febrero que renunciemos a la mascarilla en exteriores. No podemos parar más la vida cuando tenemos vacunas que protegen, ahora un tratamiento médico en domicilio, Paxlovid, y un virus que ya no es tan letal como otros con los que convivimos, y seguro hasta casi 10 veces menos que lo era la primera variante de Wuhan.
La historia y los datos nos dejan una sociedad pos-pandemia que vuelve a buscar el balance geopolítico en donde China sigue siendo el nivelador, pero ahora con mayor protagonismo, Europa se apaga de nuevo sin una clara unidad y el mundo sale de una pandemia de la mano de la ciencia dividida por las farmacéuticas. Es hora de pues de mirar atrás y tratar de no repetir errores, aunque en esto somos especialistas, respecto al coronavirus es ya la nueva gripe de nuestro tiempo y ahora veremos como se anulan todas las medidas específicas, desde la mascarilla hasta las bajas automáticas para contemplarla como una enfermedad infecto contagiosa más, siendo positivos si que ha sido un triunfo desde la ciencia y la unidad pero que finalmente las grandes compañías médicas han vuelto a generar fronteras también en el fin de esta enfermedad.
Cuidaos, sed felices y miremos a 2022 como el año de la gran recuperación con el permiso de rusos, americanos y chinos.
VICTOR RAÚL LÓPEZ El secreto del hormiguero