Hoy es víspera de elecciones. Los legisladores  entendieron que los españoles somos muy de lo último que nos llega y por eso quisieron darnos un margen de un día sin monsergas para que hagamos una buena digestión de la campaña y nos decantemos por el que más nos gusta, el más guapo, el que mejor habla, el que más promete, el de mi partido o a los de siempre, eso sí, después de haber cumplido el mandato de reflexionar un día que es como imponer un día de ayuno político que debemos dedicar solo a pensar.

Dase la circunstancia de que yo ya he votado por correo, como siempre salvo en una ocasión y ya van muchas, no porque tenga alergia a las urnas sino por pura comodidad, con lo cual ya no me veo en la obligación de cumplir el ayuno político ni de reflexionar. Por mi parte “alea jacta est” y a quién Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Pero entiendo que hoy en día y en la globalidad del mundo en que vivimos ¿de qué sirve un día de abstinencia verbal desde la tribuna cuando desde las redes y desde cualquier punto del mundo mundial nos están acribillando con mensajes, encuestas, promesas y miedos?.

Vamos a echar la vista atrás hasta la jornada de reflexión previa a las elecciones del 14 de Marzo de 2004, tres días después del atentado terrorista de Atocha, día en el que Rubalcaba, pasándose la jornada de reflexión por el arco del triunfo, celebró una rueda de prensa acusando al Gobierno de mentiroso, palabras que sirvieron de consigna para que  toda su corte socialista y el resto de la izquierda se lanzaran en tropel a  manifestarse y hasta violentar sedes del PP y a desacreditar al Gobierno de Aznar, engañado quizás por el mismo aparato de Interior, del que se sospecha que Aznar  nunca controló . Aznar no tuvo el valor de declarar el Estado de Excepción y suspender el proceso electoral, dejando al país en manos de la chusma que dio el gobierno al infame Zapatero, el peor de los Presidentes de Gobierno de la España democrática, tan solo superado por el actual inquilino de Moncloa.

Las campañas electorales de hoy son puramente mediáticas, el mensaje a través de las redes sustituye a la carta con la papeleta dentro, a la que no renuncian los partidos pudientes aún a pesar de su coste y a sabiendas de que en su gran mayoría van a parar a la papelera directamente. Hoy es la red y las pantallas de la caja tonta con sus arengas y debates las que martirizan y encaminan al sufrido ciudadano. El mítin se ha quedado para los propios, la prensa y los espías y eso cuando el mitinero es un líder conocido porque cuando la cosa va de “cuneros”, véase Lomana en VOX por Albacete, Catalá por PP en Cuenca etc.etc. el respetable pasa del tema, consciente del engaño del espectáculo.

El debate televisivo se ha convertido en el rey de la campaña. Allí acuden los líderes de las primeras categorías, con gestos estudiados y palabras medidas, a convencer al respetable no de lo bueno de sí mismos sino de lo malo de los demás. Unas veces en debates amañados por las televisiones públicas y en otras igualmente amañados por las  privadas en función de sus preferencias, véanse si no las maniobras de la Televisión de Rosa María Mateo en defensa de los intereses del presidente/candidato Sánchez o de la manipulación por parte de los moderadores que se apreció en el debate de Antena 3, haciendo un cuestionario a la medida de Sánchez y saliendo en su auxilio al menor intento de descalabro. Unos debates a gusto de un líder cuya cobardía quedó manifiesta en su negativa a debatir con el jefe de la oposición y de mayor representación en las Cortes, Pablo Casado; aquello que  tiempo atrás exigió de Rajoy siendo debidamente complacido. Claro que la cobardía, unida a la felonía y la autocontemplación definen a un personaje nefasto que ha hecho  bueno a Zapatero y posiblemente tengamos que aguantar y sufrir unos cuantos años, desde luego no por sus méritos sino por el cainismo de la derecha política,  viendo como España deja de ser lo que es, política, económica y socialmente.

Como guinda de la campaña, las palabras de la candidata animalista Silvia Barquero: “Bueno, el eterno dilema, o tu madre o tu perro…”. Esta candidata si debería reflexionar hoy y cada día al acostarse de cual ha sido la causa de llegar a este estado extremo de gilipollez. ¿Hasta este grado de decadencia moral está cayendo España?

Pues eso, a reflexionar cada uno de lo suyo. Yo ya he votado y quedo exento, por cierto, que en esta ocasión el voto por correo ha subido notablemente en comparación con citas anteriores,  pero se habla de miles de solicitudes de votos por correo que se han quedado en las oficinas postales sin entregar a sus destinatarios. Alguien tendrá que hacérselo ver, sobre todo la Junta Electoral.

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¿Jornada de reflexión?

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