Creo que muchos de nuestros lectores habituales habrán visto una película, ya considerada de culto, con nombre original Groundhog day (Atrapado en el tiempo en España, o El Día de la Marmota). Una película realizada en 1993 protagonizada por Bill Murray. Lo que ocurre en ella no es otra cosa, que su protagonista se ve viviendo una y otra vez el mismo día. Y eso mismo que pasa en el argumento de la película nos está sucediendo a todos los españoles en estos días, y me explico:
Hace dos semanas el Rey, tras la constitución de las Cortes Generales inició, como manda la Constitución, la ronda de entrevistas de los líderes políticos con representación en el Congreso de los Diputados, en orden ascendente, con el fin de proponer un candidato para que pueda ser sometido al debate de investidura y, si obtuviese el beneplácito de la cámara, ser nombrado presidente del gobierno Español. Hasta ahí todo normal, y así ha ocurrido, desde la instauración de la democracia y las primeras elecciones de 1977.
Lo que ya no es normal es la actitud de Mariano Rajoy, que fue el ganador de las elecciones del 20 de diciembre y que, tras ser propuesto por el Rey, no aceptó el nombramiento y dejó la situación política en un momento inaudito y desconocido en nuestra vida política, obligando al monarca a la realización de una nueva serie de entrevistas. Por ello decía al principio que se parecía nuestra actualidad política a la película de Bill Murray, porque las noticias políticas, las imágenes, y las declaraciones en los medios de comunicación, son calcadas de las de la semana anterior y si no fuese por la vestimenta elegida y porque el Rey, decidió cambiar el protocolo de entrar el primero en la sala de audiencias y no como ocurrió anteriormente que entraba antes el líder político, serían las imágenes calcaditas unas a las otras.
El martes 2 de Febrero, casualidades de la vida, día de la Marmota en Estados Unidos y en Canadá, terminan las audiencias con Pedro Sánchez por la mañana y Mariano Rajoy por la tarde, y por lo que estamos leyendo parece que el presidente del gobierno en funciones, nos hará la misma jugada y declinará presentarse a la investidura, con el fin de encallar mucho más la situación de lo que está. Yo sinceramente pienso que el Rey, ya no puede permitir esto otra vez y si la negativa fuese, como parece ser que será, lo lógico es que encargue la investidura a Pedro Sánchez y que éste intente conseguir los votos que necesita para ser investido presidente.
Pedro Sánchez tampoco lo tiene muy fácil, que digamos, ya que tendrá que lidiar por un lado con su partido, el cual el sábado pasado le puso unas líneas rojas muy claras y contundentes y, por otro lado, tendrá que negociar con un Pablo Iglesias, que en algunos momentos debería de bajar a la tierra con sus propuestas y un Rivera que está huyendo como alma que lleva el diablo de unas posibles elecciones anticipadas que no le traerían muy buenos resultados.
Sánchez, sabe que está jugando la última bola de partido, tanto él como su equipo, ya que si no forma gobierno, tiene ya sobre su cabeza una gran espada que puede caerle y partirlo en dos el próximo 8 de Mayo, cuando se celebre el congreso nacional que impuso el comité federal.
Pedro Sánchez, en los últimos meses ha perdido los apoyos internos que tenía y se debate entre la vida y la muerte política, haga lo que haga, solo le salvaría convertirse en Presidente del Gobierno y eso, hoy por hoy, es casi imposible. No sé lo que pasará, pero esta semana deben de abrirse varias puertas, ya que no creo que volvamos a una nueva ronda de entrevistas reales, porque eso sí sería entonces “El día de la marmota”.
MARTO EGIDO – Abogado y periodista