Cuando llamaron a la puerta esta mañana y me sorprendió el operario que revisa anualmente el extintor de mi casa, entonces vi lo eventual de la vida, un año más, como si nada, ¡un año más! Pues en ese momento pensé que debía retomar a la hormiga y recontar aquellas cosas que ya para todos llevan el apellido de pos-pandemia. Fue suficiente el descanso estival, toca volver.
Mirar atrás, 20 meses, y más de 100 mil vidas perdidas por un «capricho» del hombre, un virus desde la China que nos ha cambiado la vida, la sociedad, pero al que como en el pasado hemos superado, y nos encontramos con un hormiguero más revuelto y más desigual.
Sabemos que tenemos un 10% de nuestra población que resulta ser negacionista, al menos sobre los beneficios de la vacuna, y de reojo vemos que en otros países no hay dinero para inmunizar y que la brecha sanitaria avanzará sobre las desigualdades existentes. Pero nosotros nos miramos el ombligo, damos gracias a una Europa más desunida que nunca, y suspiramos por una recuperación que el FMI y la factura de la luz dilatan al menos hasta la primavera del 2022. El hándicap será de nuevo la inflación, que ojalá no nos recuerde la deuda, el riesgo y el precio del dinero.
Y vuelve la política con unos y con otros, el gobierno soltando lastre por la izquierda y Podemos aferrándose al poder que le resta, que cada vez es menor, el PP buscando ser la alternativa y recuperando el pacto con el PSOE sobre el designio de los órganos constitucionales, VOX reforzando posiciones a costa de tanto rufián independentista que juega a imponer, o mejor chantajea en su propio interés por un puñado de escaños, y Ciudadanos, quién recuerda a estas alturas a Ciudadanos.
Parece que habrá presupuestos, no se romperá por el momento el gobierno y Sánchez podrá presumir de política de gasto a costa del cheque europeo. Permítanme un inciso, ¿era necesario un talón cultural de 400€ para jóvenes de 18?, quizá por aquello del pos-covid y la vuelta de los locos años veinte, o por que son los que a los pocos meses de su cumpleaños tendrán que ir por primera vez a votar, en fin, de vuelta con el populismo. Menos oportunismo y más eficiencia en épocas de vacas flacas.
Acabo con el reparto de fondos para los territorios, sólo escuchar a los independentistas catalanes abuchear a Ayuso tachándola de infantil por recordar su «España nos roba» me pone el vello de punta. Pero cuanto hay de verdad, mucho, señores, Ayuso está en el punto de mira y Madrid, donde se aporta más en crecimiento y presupuesto solidario para el resto de comunidades, ahí mismo se le otorga la mitad de inversión que a Cataluña, negociando incluso si llevarnos el Senado definitivamente a Barcelona. Ah la política, los políticos y los grupos de poder, ahora partidos independentistas, al menos en estos foros cerrados es obligatorio aún el uso de mascarillas.
Vuelvo con acidez renovada y para contar lo que veo de la forma más objetiva, con el análisis de datos.
Gracias por leerme, y gracias Eduardo por animarme a seguir. Hasta pronto