El nuevo gobierno presidido por Sánchez y en coalición con Unidas Podemos tendrá una legislatura de todo menos moderada. Hemos visto un debate bronco en el que se han proclamado por ambas partes consignas de antaño, en el que nos han recordado aquello de «las derechas» y «las izquierdas» demasiadas veces, y eso de todo lo acontecido es lo que más me preocupa.
Me ha preocupado no el programa social presentado, pero si las formas de los socios necesarios de este gobierno, en referencia a las instituciones de un sistema democrático que funciona desde el diálogo de la Transición. Me ha preocupado sobremanera el radicalismo de los que se arengan la oportunidad de llamar ilegitimo a un gobierno, queriendo utilizar en su favor parte de las instituciones, que subrayo, puede gustar o no, pero es legítimo. Me preocupa que la división parlamentaria fragmente, como está haciéndolo, no solo la sociedad en Cataluña sino también en el resto de España. Ya dije que tras el 10N se radicalizó el Parlamento por izquierda, derecha, centralismo y descentralismo.
Me preocupa la sobreactuación en determinados momentos del candidato para mostrar un nuevo discurso, me molesta la actitud chulesca de «sin nosotros no habrá legislatura» de separatistas, me sobrepasa el descrédito institucional de radicales, me asusta el control judicial que se augura o el ya augurado, las algaradas ante derechos inexistentes de independentistas, los cominos, el rancio llamamiento a las fuerzas armadas, y todo con la excusa de un diálogo que los reclama y necesita a todos, sin excepción.
Por todo ello, tiene un gran reto este gobierno, el más difícil, el social. Todo dentro de un escenario económico y global muy complejo en Europa y en el mundo. Lo más duro es que el primer punto para este gobierno es montar una mesa bilateral para hablar de la independencia de un territorio… y después todo lo demás. Seguiré convenciéndome de que todos los españoles somos iguales, o quizá al menos los castellanos, o los manchegos. Ya dije hace tiempo, hagamos política, hoy es más necesario que nunca, le deseo todas las suertes a el gran trabajo que les espera, los ríos seguirán corriendo.